viernes, 16 de enero de 2015

12.-El todero

“Si te parece que sabes mucho y entiendes mucho, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras.”

Thomas De Kempis (1380-1471) Teólogo alemán.

Recuerdo claramente aquellos años de niño cuando mis padres me inscribieron en la liga infantil de béisbol, en aquella época solía ser un niño bastante tímido e introvertido, con una actitud mental bastante sumisa, lo que no contribuyó para nada a mi desarrollo en aquel deporte, de modo que debo decir claramente, que solía ser un terrible beisbolista, sin embargo jugaba con cierta frecuencia por dos motivos fundamentales: El primer motivo era que por el hecho de ser un niño tenía derecho a participar en los juegos, es decir, había que darle oportunidad a todos y el segundo motivo  era que la mayoría de las veces no estaba el equipo completo para jugar, de manera que yo jugaba la posición que el equipo necesitara en un determinado momento, lo que me convirtió en un jugador que los conocedores del beisbol llaman “Utility”, que no es más que aquella persona o jugador que está en la capacidad de jugar cualquier posición que se requiera, es decir, un día podía jugar en el jardín derecho, al siguiente jugaba la primera base, luego la segunda base y así día tras día según los requerimientos del equipo, la consecuencia directa de esto fue que no llegue a ser lo suficientemente bueno en ninguna posición como para ocupar el puesto de titular.

En el fútbol las cosas ocurrieron diametralmente opuestas, ya que era un deporte que me gustaba y para entonces ya tenía la suficiente edad para sentirme más seguro de mí mismo, por tanto escogí yo mismo la posición que quería jugar, y en ese entonces fue la de portero o arquero o guardameta, como quieran llamarlo, y me enfoqué en ser el mejor en esa posición lo que me llevó no sólo a ser el titular en el puesto de mi equipo, sino que fui invitado a selecciones de los mejores jugadores en distintas oportunidades convirtiéndome para entonces en uno de los mejores jugadores para la posición específica al menos en mi ciudad natal, lo mismo sucedió en el taekwondo donde llegué a participar en los juegos nacionales siendo campeón regional de mi categoría, cuento estas pequeñas historias un poco para contextualizar el punto del abogado que pretende ser especialista en todas las ramas del derecho, lo que a mi juicio es sencillamente imposible de lograr físicamente.

Verán el derecho visto como un todo es en una ciencia y es muy pero muy amplio y cambiante y si bien es cierto es un todo con ramas de estudio relacionadas entre sí, y siempre tiene un punto de vista lógico, pues sencillamente cuando lo estudiamos lo ideal es que nos concentremos en aquella rama en la cual nos sintamos mejor ejerciendo, nos apasione y por tanto nos resulte más fácil de absorber, esto se observa mejor en el área de medicina, la ciencia de la medicina es una sola, y los médicos son formados integralmente, sin embargo no he conocido un médico y creo que no conoceré un médico que sea capaz de ejercer todas las especialidades de medicina, es tan amplio que físicamente repito es imposible hacerlo, de allí que veamos el oncólogo, el urólogo, el cardiólogo, el psicólogo, entre otros, es evidente que si que tiene un problema cardiaco no va a recurrir al urólogo, usted sin duda alguna va a recurrir al cardiólogo, porque es el especialista que le va a ayudar con su problema, suele pasar con mucha frecuencia que un cardiólogo vea a un paciente remitido por otro médico, que conscientemente sabe que no está formado o preparado para atender ese problema específico.

Ahora bien,  he escuchado por allí el argumento de que el abogado, es formado como abogado y por ello debería estar en la capacidad de atender cualquier problema legal, esto aunque que suena muy convincente en teoría, es absolutamente falso desde el punto de vista práctico, con frecuencia me llaman para casos que no son mi especialidad valga decir casos civiles o casos mercantiles o casos penales, para los cuales no estoy preparado, ni especializado, por tanto lo que hago responsablemente es remitir a estas personas a algún abogado especialista, tal cual hacen los médicos, o en todo caso pedirle algún amigo especialista en el área que lleve el caso, he dicho en este libro que en los principios de mi carrera ejercí como abogado penalista, sin embargo muy rápidamente descubrí que no era mi vocación, pretender a estas alturas atender un caso de homicidio por ejemplo o cualquier otro delito grave sería la irresponsabilidad más grande que podría cometer como abogado, sencillamente porque  el derecho a la defensa o más bien el derecho a una buena defensa se vería violentado en toda su expresión, y como mínimo recibiría cadena perpetua solamente por el hecho de haberme contratado a mi, es decir, por tonto.

También es cierto, que todos los abogados comenzamos como toderos, es decir, a esa altura ni siquiera conocemos nuestra vocación, de modo que tomamos casos de diversas ramas, como dicen: “lo que caiga” como se dice normalmente en el ejercicio, y esto no es descabellado ya que estaríamos en la búsqueda de nuestra vocación real para ejercer, ahora no por esto debemos descuidar la parte que tiene que ver con darle la mejor defensa a nuestros clientes, lo que implica que debemos dar un 150% en la preparación de los casos para los cuales no estamos especializados, además debemos buscar alianzas con otros abogados con más experiencia en la rama específica para que nos ayuden así esto signifique compartir nuestros eventuales honorarios,  lo cual para mí es una excelente inversión ya que estaré aprendiendo al tiempo que me estarán pagando por ello, así que no lo veas como una pérdida, es decir, ganar menos, míralo como una inversión para tu mismo futuro, le está pagando a otro abogado para que te de un curso y él ni siquiera se da cuenta y hasta te agradecerá el hecho de compartir tus honorarios con él.

Ahora lo que planteo en el párrafo anterior sirve y hay que ponerlo en práctica muchas veces, pero eventualmente si quieres tener éxito como litigante tendrás que escoger una o dos o máximo tres ramas en las cuales vas a ejercer, y concentrarte en especializarte en esa área o áreas específicas, y cuando hablo de especializarse no me refiero a hacer un post grado, me refiero a estudiar casos concretos que se te vayan presentando muy minuciosamente, es decir, completamente al detalle, para darle la mejor defensa posible a tu cliente, hoy día existen muchísimas maneras de informarse o estudiar, estamos en la era de la información y si tiene la información  tiene el poder, yo por ejemplo me denomino laboralista puro, es decir, ejerzo única y estrictamente casos laborales, y mi éxito en el área se ha debido más a la autodisciplina, que a cualquier otra cosa, esta mañana estuve viendo a través de Internet algunas charlas un exitoso orador colombiano llamado Nelson Cubides, las cuales debo decir me parecieron excelentes, y además concurrentes con mi modo de pensar.

Contaba Nelson Cubides, en una de sus charlas, que la Universidad de Illinois, decía haber encontrado la fórmula del éxito y que era la siguiente: E= 3D, un poco parafraseando sus palabras decía: Que el éxito consiste en adoptar las siguientes tres “D”:, la primera “D” significa: “Deseo”, la segunda “D” significa: “Determinación”, y la tercera “D” pues: “Disciplina”, o dicho de otro modo todo aquel que quiere alcanzar el éxito deberá buscar lo que desea con determinación y disciplina, a mi juicio existen pocas palabras más ciertas que esas, difícilmente lleguemos a tener éxito en cualquier cosa que nos propongamos, si no lo deseamos, o si lo deseamos pero no tenemos la determinación y disciplina para lograrlo, así pues mí interés en este capítulo tiene que ver con el hecho de que todo abogado debe especializarse en una rama específica que desee para tener éxito en el litigio apoyado en la disciplina y determinación.

La abogacía es una de las pocas carreras donde los profesionales se enfrentan entre sí, dicho de otro modo, para tener éxito en esta carrera hay que enfrentarse y ganarle a otros abogados, o como mínimo dar la pelea de la vida en cada caso, Usted jamás verá a un médico o ingeniero enfrentarse a un homólogo para poder lograr el éxito, pero nuestro trabajo como abogado conlleva necesariamente al enfrentamiento, sin duda alguna el abogado, con mayor deseo, determinación y disciplina en su especialidad tendrá todas las probabilidades a su favor, de modo que evita ser conocido como abogado simplemente, trata por todos los medios de ser conocido como abogado civilista, o abogado penalista o abogado laboralista, en fin abogado de una rama en específico, de otro modo simplemente serás tildado como abogado todero, y será visto como un abogado que ejerce de todo pero no es bueno en nada, queda claro que mi consejo es el siguiente:


"Especialízate en un área que desees fervientemente y prepárate con disciplina y determinación."

1 comentario:

  1. Muy buen trabajo! Hiciste explícito el sesgo de la muestra, lo que deja espacio a que uno despliegue de lo que se quiere como abogado Valencia me gusto y defiendo lo del post creo somos muy utiles y que debe haber bastante buen trato y conocimiento con los casos

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