14.- El orador
“Es
una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría
necesaria para cerrar la boca.”
Cuando
estamos en la Universidad, en la mayoría de ellas no se le presta mayor
importancia o relevancia a la facilidad de palabra, es decir, se le presta muy
poca atención al hecho de verificar si los eventuales abogados tienen el
llamado don de la palabra, siento que esto es un grave error en la
esquematización de programas de estudio y formación de abogados, dicho de otro
modo no concibo un abogado exitoso que no sepa llevar un discurso eficiente y
coherente hablando desde el punto de vista comunicativo; el litigante para
tener éxito debe tener la capacidad de argumentar coherentemente y
convincentemente a modo de convencer a los jueces, abogados y clientes según
sea el caso, sobre el punto que se pretender llevar al entendimiento del
receptor, muchos abogados han perdido casos no por no tener la razón sino
simplemente porque el juez, quien es el que decide, nunca entendió lo que el
abogado argumentaba o pretendía.
Mirar la capacidad de oratoria como
algo secundario en la abogacía simplemente es condenar al fracaso a quienes no
han sido formados en ese sentido, o de alguna manera sufren de algún tipo de
miedo escénico, tuve la gran oportunidad de ser formado como profesor de
informática antes de convertirme en abogado, lo que me dio cierta ventaja al
principio, sin embargo por un tiempo tuve pánico a hablar a través de un
micrófono, y a pesar de que sin micrófono me expresaba muy bien a mi entender
delante de un micrófono perdía mis cualidades de orador eficiente, debo suponer
que era porque como profesor dictaba las clases sin micrófono pues simplemente
no estaba acostumbrado, tuve que atacar esa debilidad y gracias a Dios y mi
autodisciplina hoy puedo dirigirme a una asamblea de trabajadores a través de
un micrófono sin ningún tipo de complejos o miedos que me paralicen.
Ahora, no pienses: “Bueno estoy frito,
a mi me da pánico hablar en público, no hay nada que pueda hacer”, pues
simplemente eso tampoco es cierto, en la actualidad existen infinidad de cursos
pagos o hasta gratuitos presenciales y a través de Internet para aprender a
hablar bien en público y expresarse de modo correcto, lo único que tienes que
hacer es empezar aquello de E=3D, es decir, colócate la meta de ser un
excelente orador y hazlo con disciplina y determinación, asiste a talleres y
cursos que ayuden al respecto, como he dicho, antes de ser abogado fui o soy
aún técnico en informática, y mi primera oportunidad de trabajo fue dictar
clases en INCE (Instituto Nacional de Cooperación Educativa), esta Institución
solía preparar a las personas para el trabajo en nuestro País, aún lo sigue
haciendo pero ahora con el nombre de INCES, en aquel entonces, Yo tenía los
conocimientos técnicos necesarios para impartir los programas que ellos daban,
pero no estaba formado para hablar en público, y me preguntaba si podía con el
trabajo, bueno afortunadamente para mi antes de poder empezar a trabajar debía
pasar por un curso de formación docente, sencillamente les digo que nunca
olvidaré ese curso, porque marcó mi vida de tal modo que la cambió para
siempre, y aquel que temía hablar en público terminó hasta cantando en público,
claro esto fue hace mucho y no soy cantante para nada, aunque por una época fui
niño cantor.
Tengo un hijo que demostró tener una
habilidad sorprendente para aprender el idioma Ingles, ambos estudiamos por la
misma época el idioma en el Centro Venezolano Americano del Zulia, mejor
conocido como “CEVAZ”, Yo siempre tuve la inquietud de aprender el idioma y
haciéndolo con él pues lo incentivaba a terminar lo empezado con el ejemplo,
este curso tiene una duración de un año, y como ya dije mi hijo resultó tener
talento para ello, inmediatamente vi la oportunidad, me dije a mi mismo si
tiene talento para esto, pues que empiece a trabajar enseñando a los demás el
idioma, y me tomé la libertad de hablar con el coordinador de la época en la
institución, para que le hiciera una prueba, y ciertamente mi hijo no estaba
muy de acuerdo, tenía apenas 17 años de edad, y aunque quería el puesto
consideraba que hablar en público era un tema que no podría superar, ya que
para entonces su personalidad era tímida y retraída, pero ya Yo sabía por
experiencia que eso era fácilmente superable, en fin el chico presentó su
prueba, la aprobó, fue formado para trabajar en público y hoy día da clases
tanto en el programa normal del curso como en un programa de liderazgo en el
idioma para cual fue formado en el exterior, y aquel chico tímido hoy no tiene
problemas para hablar en público, ya sea como profesor o como ingeniero y esto
quedo superado.
No quiero que creas que me estoy
jactando o pavoneando por hablar de mis experiencias personales y las de mi
familia, no es ese mi objetivo, solo quiero dejar bien claro que hablar en
público bien es algo que se puede aprender perfectamente, aunque no tengo dudas
que en algunas personas esta cualidad es innata, ahora repito un abogado que no
desarrolle el don de la palabra y el convencimiento sencillamente nunca se
sentirá exitoso y realizado, porque sentirá que tiene una gran debilidad, y sin
duda alguna la tendrá, entonces manos a la obra en vez de hacer el posgrado de
una vez, anótate en un buen curso de oratoria y desarrolla tus cualidades
histriónicas, comunicativas, tu poder de
argumentación y convencimiento, porque definitivamente es una herramienta para
el litigio, que es como decimos en derecho “SINE QUA NON”, que quiere decir que
una condición obligatoria para ser un litigante exitoso. Entonces el consejo
es:
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